sábado, 30 de julio de 2022
La protectora, la transexual y el novio
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Vanesa pasea su dulce cuerpo por la ciudad levemente enfundado en un mono de lycra negro con un ancho cinturón de cuero. Marca su cadera y sus poderosos pechos operados y unas botas altas hasta la rodilla y de fino tacón.
A su alrededor va levantando miradas de admiración. Su culo prieto se marca como si no llevara nada puesto. Se paseaba así llamando la atención y atrayendo miradas de deseo.
Pero casi ninguno de los que las admiran sabe lo que esconde entre sus piernas. Su polla, un recuerdo de una antigua vida, de otra persona apresada entre sus muslos hacia sus nalgas prietas y duras.
Vanesa es una nueva persona en una nueva ciudad. Quiere dejar todo atrás y empezar de nuevo. Nuevo trabajo y nuevos amores.
Es consciente que de entre todos los que la admiran muy pocos de ellos admitirían sus diferencias. No sabía como conocer alguien dispuesto a aceptarla tal y como es.
Solo se está dejando llevar. Solo alguien valiente se le insinuaría. Un auténtico hombre muy seguro de si mismo, casi un héroe, o en más de un caso un despistado. Pero no por eso ella dejar de provocarlos, de ser la mas sexi y bella. La más femenina.
La cremallera de la prenda abierta descubriendo el canal entre sus pechos. Solo un poco de significativa piel. Pero pensaba en exhibir mucho mas esa noche en la discoteca, una noche de liberación.
Cambia el mono ajustado por la minifalda mas corta de su armario y el top mas escotado. Su cuerpo ha de llamar la atención. Su larga melena morena y lisa ha de moverse suelta. La acompaña un grupo de amigos gays.
Sin pudor baila en medio de la pista. Moviendo su melena de lado a lado al ritmo de la música.
Entre los hombres que la rodean y que la desean ninguno parece llamar su atención.
Pero entre el gentío cree reconocer a alguien, un fantasma del antiguo pasado. Una protectora, una amiga, pero no esta sola, la acompaña un chico.
Ambos son bellos, son sexys y si la personalidad del chico se parece a la que ella recordaba de sus tiernos de instituto los dos son buenos, dulces y cariñosos.
Debía asegurarse, en la penumbra de la discoteca es fácil confundir los rostros. No podía estar segura de nada. Así que tenía que acercarse un poco mas. La oportunidad se dio junto a la barra cuando la bella transexual podía una copa.
- No esta mal la putita.
Pensaba Olga mientras la admiraba bailar medio desnuda entre un grupo de babosos medio borrachos que intentaban manosearla y la coreaban.
En la penumbra de la discoteca no distinguía muchos detalles, solo se veía su cuerpo, su cara quedaba en las sombras de su larga melena oscura. Y Olga no podía ver su rostro claramente. Alta destacaba bailando entre la gente que no la perdía de vista e intentaba acercarse para rozarla.
A su lado Vanesa veía el culito perfecto de Olga amasado por las fuertes manos de su compañero, su muslo desnudo acomodado firme entre las piernas de él. Por fin compartieron una sonrisa de reconocimiento.
Entre los los muslos de la bella transexual un cosquilleo recorrió su polla y testículos, anticipación y deseo a partes iguales.
Vanesa quería estar con ellos, sentir sus pieles, al igual que ellos estaban sintiendo la piel del otro. Dulces y morbosos deseaba estar con ellos, todos desnudos en la misma cama. Hablaba con ella como si nunca se hubiera perdido el contacto.
Pero el hermoso cuerpo de Vanesa, las piernas largas saliendo de una falda mínima, el vientre desnudo, un top pequeño por no decir escaso casi descubría unos pechos llenos y voluminosos llamaba la atención.
Había otras chicas mas hermosas, había otras mas desnudas, que destapaban mas de su piel, pero la sensualidad que ella desprendía por todo su cuerpo hacía que la mayoría la admirara, incluidas algunas de las demás chicas.... incluida Olga.
Claro que Olga no estaba mucho mas vestida que la guapa transexual, con una corta falda de tablas y otro top anudado por detrás del cuello, que le permitía a su chico acariciar suavemente la completamente desnuda espalda.
Olga no estaba sola, estaba con su novio, Mario un chico guapo, buena persona, morboso, atento y todo un atleta, enviciado con la natación y la bicicleta en su hermoso cuerpo destacaban sus músculos en su asustada camisa.
Un capricho de las luces justo cuando un movimiento de la cabeza apartaba el cabello de la cara de Vanesa. Durante un segundo un foco de la pista la iluminó y a Olga le pareció reconocer a un antiguo compañero del instituto en esa belleza morena.
Era un chico dulce y tímido, apocado en aquella época y sospechaba que gay. Pero si esta impresionante mujer era él entonces el cambio había sido algo espectacular.
Desechó la idea como una jugada del alcohol y la poca luz. Y se prendió del cuello de su chico metiéndole la lengua en la boca. Mientras notaba las dos manos de Mario sujetando su culo como si fuera a perderlo entre la gente.
Durante un rato se acariciaron junto a la barra, reconociendo el cuerpo del otro con las manos frotándose al ritmo de la música. Los roces se hacían más intensos.
Olga estaba caliente y pellizcó los pezones de Mario sobre la camisa y él consiguió acariciar el culo de la joven, desnudo por debajo de la falda, incluso consiguió apartar un poco la tira del tanga para deslizar un dedo por el ano sudado. Luego, morboso, se llevó el dedo a la boca y lo chupó ante la lasciva mirada de su novia.
- Te quiero.
Le dijo ella rozando su oído con los labios y juguetona con la punta de la lengua.
- Y yo a tí.
Respondió. Era casi seguro que alguien podía ver las duras posaderas aunque Olga estaba acorralada contra la barra. Le frotaba los marmoreos pechos por el torso del chico y notaba en el pubis la dureza de su polla.
No llamaban mucho la atención, como ellos otras cien parejas en el oscuro local estaban estaban dedicadas a las mismas maniobras o deseaban estarlo.
A su lado entre las peste de sudor, alcohol y sexo que reinaba allí el aroma de un perfume caro sobre una piel suave llegó a la respingona nariz de la pelirroja. Notó como su novio separaba los labios de su cuello que en ese momento besaba y su vista se posaba en el escote de la chica que olía tan bien.
No es que Olga fuera celosa, estaba muy segura de los sentimientos de su novio, pero por curiosidad también miró y era la morena sensual de la pista. Al fin fue Vanesa la que la reconoció, ya estaba segura de la identidad de su antigua amiga, en ese mismo momento.
Lo que un rato antes le había parecido una mala jugarreta del alcohol y las luces cambiantes resultó que era cierto. La Vanesa lanzada y valiente que ahora iba a conocer fue en algún tiempo en su pasado Juan, un chico dulce y tímido con el que todo el mundo se metía.
- ¡Olga!, ¿en serio eres tú?.
- Yo si, sigo siendo la misma. Tú eres la que ha cambiado mucho y para mejor. Estás preciosa.
Vanesa la recordaba por que Olga no le incordiaba y en alguna ocasión puede que hasta lo ayudase con algún abusón de su pasado común. Se le hacía raro hablar con esa bella mujer como si se conocieran de toda la vida, mientras que la persona que recordaba era completamente diferente.
Pero pronto la frescura y cordialidad de Vanesa le hicieron pensar que merecía la pena volver a conocer a esa persona completamente nueva.
Eso sin contar con la nerviosa mano de Mario acariciándole la espalda desnuda siguiendo una enigmática conversación a voces de la que evidentemente se perdía mas de la mitad.
En ningún momento Olga le contó a su novio el panorama completo de Vanesa. Prefería que lo descubriera solo. Los dobles sentidos de la conversación eran misterios para él que solamente sonreía. Que se limitaba a sonreír embobado por la belleza de su espectacular novia y la de su vieja amiga.
En un aparte Vanesa tuvo que decirle su nuevo nombre al oído para que Mario no se diera cuenta de ese pequeño detalle.
Ellos ya estaban calientes, las caricias que se dedicaban lo demostraban. Y no costó nada que ella se uniera a ellos, al principio para un rato. Intentar hacerles sentir que su deseo era tan fuerte como el de la pareja, que su intención era darles placer a ambos.
Sin contar con la curiosidad que le producía el complicado proceso por el que Vanesa había pasado. Sus deliciosos pechos medio tapados, ¿destapados?, con los duros pezones marcados en la fina tela, decían más de lo que decía su boca.
Sus ojos recorrían el cuerpo del novio y parece que también el de la pelirroja con deseo evidente. Su cara de morbo así se lo declaraba.
- Esto está muy agobiante. ¿Buscamos un sitio más relajado?
Se imponía un cambio de escenario y le preguntaron si se iría con ellos a tomar algo a un sitio mas tranquilo. No estaba sola pero se despidió de sus amigos sin pensarlo dos veces y se internaron los tres juntos en el calor de la noche.
Olga se puso a un lado de ella y Mario al otro. Enlazados por la cintura recorrían el camino hasta el coche de la parejita. Con una mirada de entendimiento al chico todo quedó decidido.
Se sentó en el asiento trasero al lado de Vanesa y cuando arrancaron puso la mano en el muslo desnudo. La transexual le sonrió con su dulce boquita dándole así todo el permiso que necesitaba para iniciar más avances.
No tardó mucho en besarla suavemente y ella correspondió a sus besos mientras el novio echaba rápidos vistazos por el retrovisor. Se dejaron de mas tonterías y fueron directos a su piso.
Las manos de Vanesa habían empezado a recorrer las partes de la piel que su escasa ropa desnudaba mientras subían en el ascensor y una vez en el sofá siguió con las mismas maniobras.
Ya en casa la acorralaron entre los dos, Mario pegando su dura polla a su prieto culito y Olga sus tetas contra las suyas. Respondió a los besos con pasión, lengua con lengua notando cierta dureza contra el pubis.
Mario las dejaba solas sentado en un sillón enfrente del sofá, contemplando el bonito espectáculo todavía sin intervenir. La pelirroja estaba deseando ver lo que la bella transexual guardaba bajo la minifalda, así que soltó el cierre y dejó que cayera al suelo.
El chico quiso participar ya. Pudieron acariciar la suave piel alrededor del tanga. Mario centrado en su prieto culo y Olga en el suave vientre. Y por fin la pelirroja consiguió sentir la dureza de su polla saliendo despacio de entre los muslos donde estaba recluida.
Chocó contra las piernas y el vientre donde Olga la notaba cálida y dulce y quería saborearla. Mario todavía no se había dado cuenta de la no tan pequeña sorpresa de su invitada y le estaba besando el cuello y la nuca bajo la larga melena. Amasaba los duros y cónicos pechos acariciando los de su novia pegados a los de Vanesa a la vez.
Olga tiró de su top hacia arriba y desnudó sus tetas sin suje para que Vanesa inclinándose pudiera lamerlas. Con ese movimiento clavó su duro culo en el pubis de Mario y la invitada tuvo que notar la preciosa y dura polla en sus nalgas.
Aprovechó para quitarle la escueta camiseta y dejarla por fin solo con el tanga rojo de encaje que ya no tapaba ni el rabo que asomaba por un lateral. Además de las altas sandalias de tacón que estilizaban sus pantorrillas. Ella también trasteaba con la falda de Olga que pronto quedó como un trapo viejo a sus pies.
Calientes como diosas del amor y el sexo se volvieron hacia el chico que todavía estaba vestido, Olga le cogió de la mano y la llevó despacio hacia la polla de su amiga. Aún más que chuparla la pelirroja deseaba ver como la mamaba su novio.
Su cara al descubrir la dura herramienta de Vanesa fue todo un poema, sorpresa y calentura se mezclaban a partes iguales y desde luego que no defraudó mostrando rechazo. Así su novia le clavó la lengua en la boca casi hasta la garganta que lasciva lamía y besaba.
Entre las dos consiguieron arrancarle los vaqueros y el tanga de chico desnudando por fin su durísimo rabo. Mario se agachó un poco, es de algo más de su altura, un poco mas baja que él, para besarla. No sin antes mirarle a los ojos de Olga para pedirle permiso.
Sonriendo le mostró su aceptación. Sus labios se juntaron y enseguida las lenguas entraron en acción cruzándose fuera de las bocas así Olga podía verlo. Vanesa siguió agachándose hasta que se metió sus depilados huevos en la boca y su novia veía que le encantaba.
Sin dejar de tocarse, besarse y acariciarse se desplazaron hasta el dormitorio. Se habían olvidado de las copas, de la música y de cualquier cosa que no fueran sus cuerpos y el sexo.
Le pidió a él que le comiera la polla a la invitada. Quería verlo con detalle y con ella tumbada boca arriba a su lado contempló, como había estado Olga un montón de veces antes, a su chico a cuatro patas.
Pasando la lengua por el tronco duro arriba y abajo o por los huevos duros y perfectamente depilados, metiéndolos en la boca e incluso tragando buena parte de la polla. Ambos lo estaban disfrutando. De hecho le parecía que Mario la comía mejor que Olga.
- Estoy deseando probar tu coñito cielo.
Vanesa dijo que se quería comer a su vieja amiga y está se arrodilló sobre su cabeza. Estaba claro que la transexual es bisexual y maneja la lengua de forma magistral abriendo los labios con ella. Introduciéndola lo mas profundo que podía, jugando con su clítoris y con su ano, lo que excita y enloquece a Olga.
Olga quería, necesitaba un rabo dentro y pensaba que tenía dos para elegir. Se quedó con el de Vanesa pues además de probarlo quería ver como el chico le follaba el culo a la morena. Acariciando sus pechos suaves se desplazó sobre su cuerpo hasta su pelvis.
Apartando la cabeza de su novio a un lado pero sin ahuyentarlo. Él podía ver en primerísimo primer plano como la polla de esa belleza morena le abría el coño a su novia e iba entrando despacio. Incluso ayudó sujetando el pene derecho o abriendo los labios de la vulva para que la humedad la hiciera deslizarse hasta el fondo.
Una vez que estuvo clavada, él metió la cabeza entre los muslos de las chicas lamiendo los huevos y el clítoris. A su espalda la oía gemir y suspirar y Olga se unió a ella según comenzó a moverse arriba y abajo.
Vanesa le agarraba las nalgas amasándolas y deslizando algún dedo hacia el ano de su amiga.
Mario las veía gozar y colaboraba a su placer sin dejar de acariciarlas y lamerlas. A medio polvo Vanesa giró todo el cuerpo para mirar a su amiga a los ojos y poder acariciar sus tetas y que ella cogiera las suyas.
En ese momento el chico le clavó la lengua en el ano. Olga see sentía acariciada y tocada por todas partes. Las manos de ella en sus muslos, los dedos en su clítoris y la boca comiendo la otra. Las tetas frotándose.
Quería el semen en el interior de su cuerpo y quería ver la cara de Vanesa cuando se corriera. Aunque antes de eso Olga ya se había corrido varias veces, varios orgasmos, hasta que notó las descargas calientes en el coño y se desmadejó sobre Vanesa en el mayor orgasmo de la noche.
Descansó unos segundos besándola con cariño, beso al que se unió Mario con su sabor aún en sus labios pues él había seguido chupando aún después de que Vanesa la llenara de semen.
Tan excitado como ellas no había perdido su dureza y al oído y suavemente le dijo a su amiga que quería verla follada por el novio. Quería ver su duro culo precioso abierto y penetrado. Ella como antes Olga se limitó a sonreírle a modo de aceptación. Giró su cuerpo con sus propias manos y lamiendo su espalda siguió su columna hasta llegar a las nalgas que abrió con las manos.
Mario seguía el camino de saliva que su novia había dejado hacia las nalgas en la suave piel con su lengua. Haciendo que Vanesa notara en su cuerpo los besos y lamidas de los dos. Se las mordisqueó, pasó la lengua por todo el canal del duro culo removiéndola en el ano abriéndoselo y excitándola hasta llegar a sus huevos.
La pelirroja se estaba dedicando a mantener la erección del chico con la lengua pero sin que se corriera. Al fin casi le gritó:
- ¡Follame!.
Le dejó a él su lugar y Olga guió con la mano el glande duro como la piedra hasta el estrecho agujero. Sujetó la dos pollas. Una con cada mano mientras la del novio se abría paso por el musculoso aro.
Lo estaba viendo en primer plano. No quería perderse ningún detalle, dejó suelta la bonita polla de ella para abrir bien sus nalgas con las manos. El glande ya estaba dentro lubricado solo con saliva y empujando fuerte.
El pubis depilado de Mario se juntó a las duras nalgas de la transexual, golpeándolas una y otra vez. El tronco duro dilatando el ano rosadito hasta extremos que Olga nunca hubieran pensado que se podía dilatar aún habiéndolo probado en su propio culo. Viendo como espectadora, asi desde fuera casi le daba lastima el suyo cuando Mario le follaba el culito vicioso.
En esa pose el culo del novio quedaba muy ofrecido y Olga no pensaba desperdiciarlo. Como había hecho antes con Vanesa le pasó la lengua entre sus duras nalgas abriéndose paso hasta el ano donde la clavó haciendo círculos para excitarlo más. Puso una de sus manos en las nalgas del chico y empezó a buscar con un dedo su agujerito.
Estaba dispuesta a hacer probar a sus dos amantes todos los placeres, despacio y humedeciendo el índice ya con la saliva o con sus propios jugos. Fue violando el agujero secreto del chico. Cada vez mas dentro, como hacía con su propio coñito en sus masturbaciones. No parecía disgustarle, le encantaba cuando en las tardes mas morbosas le comía y lamía su culo prieto.
Así que en esa noche de vicio y morbo Mario aceptaba cada nueva sorpresa. Olga empezaba a sospechar que no eran cosas tan nuevas para él. Que ya se había estrenado con alguna que otra polla.
En ese momento Mario se follaba un culito que no era el de su novia con la roja melena de esta esparcida por la espalda de la hermosa transexual y sin perderse detalle de tan bello espectáculo. Acariciando el pubis de ella, asombrada de como su polla volvía a adquirir dureza poco a poco, suponía que por la excitación de sentirse follada.
Olga se tumbó boca arriba y reptando consiguió ayudarla a ponerse dura del todo con su boquita juguetona. Volvió a meterse aquel trozo de carne entre los labios y acariciarlo con la boca, con cariño. Mientras en primer plano los huevos de ambos chocaban rítmicamente.
No sé como consíguió acomodar su cadera entre los codos de Vanesa y su cabeza volvió a buscar entre los muslos deseando darle el mismo placer que la pelirroja le daba a ella. Excitada a tope por todo lo que estaba viendo en cuanto la lengua de su vieja amiga hizo contacto con el clítoris se derretió en un nuevo orgasmo que ella no dejó de saborear y lamer de entre mis labios.
Aún en el interior de su xoxito estaba el semen que Vanesa buscaba entre los labios menores con la lengua. Juguetona no quería que ella se corriera en la boca. Dudaba que culo prefería que ella se follara si el suyo de nuevo o el de sospechosamente
- ¡Hola hola! , acepto todo lo que caiga- de su novio.
No habría celos por parte de ninguno de los tres y Olga empezaba a imaginarme más trios con ellos. Volver a reunirse y a renovar todos esos juegos
Al final decidió que quería la polla de su viejo amigo y nueva amiga en su propio culo mientras Mario le follaba el coño. ¡Que mejor doble penetración que esta!.
El que los acompañara a su piso esa noche y todas las demás fue la consecuencia lógica de esa velada provocándose entre los tres. El que los llevara a que ellos la desnudaran. El que el novio se arrodillara a los pies de la bella Vanesa y descubriera su polla bajando el tanga y con una cara de lascivia y sorpresa la chupara.
Fue algo tan natural como cuando la folló el culo o la transexual penetrara el de la chica mientras él las acariciaba a las dos con ternura. El mismo amor y cariño que Vanesa les demostraba a los dos novios.
Esa noche compartieron los tres algo mas que sus cuerpos calientes, sentimientos y algo de sus corazones y desde luego todo el sexo que fueron capaces de darse que era mucho.
La polla de Vanesa en la boca de sus amigos. Sus manos recorriendo la piel de la transexual, el pene del chico en su culo, placer, mucho placer repartido entre todos los que han compartido esa cama. Les gusta disfrutar del morbo y de cuerpos calientes.
Mientras el chico follaba el culo de Vanesa con su durísimo rabo mientras le come el coño a ella. La guapa transexual lame todos los orificios del cuerpo de su vieja amiga, dándoles a ambos todo el placer que pudo.
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