sábado, 17 de abril de 2021
Me gustan los chicos y cuando lo ví fuerte como un toro, en camiseta de tirantes y pantalón corto, cuidando del jadín al lado del chalet de mis padres, me encoñé como un tonto. El primer paso fue trabar conversación, entre vecinos cosa facil. Me enteré de que vivía con sus padres como yo, pero que estaban de viaje y de que podíamos ser buenos amigos. Me invitó a tomar algo y acepté.
Cómodamente instalados en su sofá comencé con los piropos, que si que casa más bonita, que si qué guapo eres, lo más típico. Luego seguimos con las mujeres, que si tetas que si coños. Para entonces ya como viejos amigos, metí de refilón un chiste de homosexuales y le pregunté cómo se tomaba él el tema. Respondió que nunca había tenido nada con un chico, pero que no rechazaba nada en el tema del sexo. La conversación iba de maravilla además el chico era virgen. Procuré seguir con el tema y le relaté algunas de mis aventuras. Le dejé claro que era bisexual pero que me encantaban los chicos. Él me miraba asombrado y excitado.
-¿Pero cóo pudiste hacerlo?
-Es muy fácil, solo tienes que dejarte llevar y gozar. ¿Quieres probar?
Aunque se horrorizó ante la posibilidad, sus ojos brillaban con un matíz de deseo cuando me miraban. Me levanté, me puse enfrente de él y le dije:
-Mírame, ¿te parezco guapo? ¿No crees que un cuerpo como el mio o el tuyo no puede ser deseado por un hombre, no solo por una mujer?.
-¿Que pretendes?
-Hacerte el amor, me gustas mucho.
Quiso huir pero alpasar por mi lado, le cojí de la cintura, lo atraje hacia mí y le besé dulcemente en los labios que ardían de deseo. No tardó mucho en responder a mis besos. Su boca se abrió y mi lengua penetró en ella y acarició la suya y sus dientes. Rodée su talle con los brazos y mis manos le acariciaron la espalda, de la nuca a las nalgas y los muslos desnudos por el pantalón corto. Él también me abrazó. Nuestros falos a la misma altura estaban excitados y solo querían quedar libres. Susurré a su oido mientras le mordisqueaba suavemente la oreja:
-¿Donde está tu habitación?
Nos fuimos hacia allí agarrados de la cintura y morreandonos ansiosamente. Descalzos cómo estábamos nos tumbamos en la cama mirandonos. Volví a besarle y mis manos desabrocharon su short, para descubrir que debajo no llevaba nada. Acaricié su erecta polla hasta que poniéndose boca arriba se sacó toda la ropa sin bajarse de la cama. Después de que guiando sus temblorosas manos él me hubiera desabrochado el pantalón este desapareció en el suelo. Fue él quien me agarró la polla y se puso a masturbarme mientras me besaba en el hombro en la mejilla y los labios. Movía mi pene rápidamente hasta que le dije, más suave no tenemos prisa.
-¿Quieres probar mi polla en el culito?
-Estoy deseándolo.
Le fui poniendo a cuatro patas lamiendo su espalda hacia abajo, hasta llegar a sus nalgas que fuí besando y pasando la lengua por su ano. Lo humedecí bien con mi saliva, metí un dedo para que se fuera acostumbrando y gimió de gusto. Le daba más y más saliva jugando con la lengua y los dedos en su ano.
-Métela, me dijo ansioso.
Me incorporé y acerqué mi pelvis a la suya. Comencé a forzar su esfínter con el glande, empezó a dilatarse y esta vez de un empujón metí mi polla hasta los testículos. Eso debió dolerle un tanto, pues soltó un grito. Para evitar sufrimiento empecé a sacarla despacio y volverla a meter con cuidado. Sacarla despacio y volverla a meter con cuidado. A las dos o tres metidas el dolor se le había pasado, pues comenzó a gemir de placer. Aceleré el ritmo notaba que meib a llegar el orgasmo y paré unos segundos. Entre jadeos me dijo:
-Sigue,
Continué y no volví a parar hasta que no dejé toda mi leche dentro de su cuerpo. Entonces él dándose la vuelta se hizo con mi polla y empezó a chuparla con furia obligándome a mí a hacer acrobacias para alcanzar la suya con mi boca. No mentía cuando me dijo que quería probarlo todo en el sexo. Se restregaba contra mi cuerpo como una serpiente en celo. Mi lengua acariciaba lapunta de su capullo, mis dientes mordían suavemente el arranque del glande y los labios se apoyaban en el tronco de su falo. Con una mano jugaba con sus testículos acariciando su escroto y tirando de los pelos de la base de su nabo y metía los dedos de la otra donde había entrado mi polla un rato antes. Así pronto mi boca se llenó de su leche caliente por su excitación.
Me dispensaba idénticas atenciones pero mi polla todavía no se recuperaba. Continué con mis juegos simulando de mi boca una vagina o un culito metiendo y sacando su polla de mi boca con rápido ritmo apretando labios y dientes contra la suave piel y jugueteaba con la lengua y su capullo. Inmediatamente después se deslizó por debajo de mí pasando por entre mis piernas para dejandome tumbado boca abajo en la cama penetrarme con su polla ya recuperada. Poniendome a cuatro patas le facilité el trabajo buscando mis propias nalgas la bella verga que iba a penetrarme. Las acarició con las manos abriendolas y acariciándome la raja con los pulgares. Seguidamente sentí en el ano como empezaba a entrar. Luego cedió el leve dolor que mi culo acostumbrado sintió una vez dentro la polla demi nuevo amante. Una de sus manos agarrando la mía. Inclinandose sobre mi espalda comenzó a follarme y a besarme en los hombros y a seguir masturbándome suave. Al fín nos corrimos juntos y girándome volví a besarlo en la boca de rodillas de frente sobre la cama nuestras pollas agotadas volvieron a unirse mientras nos acariciabamos. Seguimos durante toda la tarde acariciándonos y hablando de sexo y de las nuevas experiencias que podríamos disfrutar juntos. Siendo vecinos y amigos.
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