martes, 22 de mayo de 2012

Bar de putas

ERA UN BAR DE PUTAS Era un bar de putas, y entramos los dos. La camarera se enrolló con nosotros y nos enseñó el local, recorrió incluso la zona del amor. Es una rubita pequeña pero explosiva. El vestido ajustado dejaba sus hombros y buena parte de sus tetas al aire y la minifalda muy corta ya nos mostraba sus muslos. La cogí por la cintura y la besé en la boca mientras la acariciaba los hombros con la otra mano. Mi mano bajo a su culo y levantando la ajustada falta la toqué las nalgas por encima de su bonita tanga de encaje. El resto de las putas que allí había se habían olvidado de nosotros y no nos prestaban atención medio desnudas y aburridas se dedicaban a cotillear de sus antiguos clientes. Mi amigo dedicaba sus atenciones a otra chica una enorme morena con el tipo de una amazona y unas enormes tetas. Mi rubita no hacía más que tirar de mi mano hacia el reservado donde podriamos hacer del amor. Recorría mi cuello con su lengua hasta mi oreja, metía su punta en mis oídos haciéndome cosquillas muy excitantes Yo le magreaba el culo mientras me lo pensaba. Era un bar de putas y entramos los dos, la camarera se enrolló con nosotros y nos enseñó el local, incluso la zona del amor. Es una rubita pequeña pero explosiva. El vestido escaso y ajustado dejaba sus hombros al aire y parte de sus tetas y la minifalda nos mostraba sus muslos, la cogí por la cintura y la besé en la boca sin mirar a mí alrededor si alguna de las otras chicas me gustaba más. Le acariciaba los hombros con la otra mano. De ahí bajé a su culo firme y levantando un pelín la falda pues no era necesario mucho le toqué las nalgas por encima de unas bonitas bragas de encaje. El resto de las putas que por allí había ano nos prestaban atención y mi amigo ya dedicaba sus atenciones a otra chica una morena alta de enormes pechos y sinuosas curvas. Mi rubita no hacía mas que tirar de mi mano hacia uno de los reservados donde podíamos hacer el amor. Recorría mi cuello con su lengua excitándome hasta la oreja donde metía la puntita en mi oído haciéndome cosquillas. Yo le magreaba el culo mientras me pensaba el hacerle caso y pagar un polvo completo. Por fin después de sobar su culo y tetitas durante un buen rato y besarla en la boca, logró arrastrarme hasta el reservado. Sin preliminares se arrancó el vestido por encima de la cabeza dejando sus hermosas tetitas al alcance de mi boca estando yo sentado en el diván. Sentada frente a mí sobre mis muslos unicamente con su tanga negro.